‘Un lugar tranquilo’: El sonido del silencio
UN LUGAR TRANQUILO
Título original: A Quiet Place
Año: 2018
Duración: 95 minutos
País: Estados Unidos
Dirección: John Krasinski
Guion: Scott Beck, Bryan Woods y John Krasinski (Historia: Bryan Woods, Scott Beck)
Música: Marco Beltrami
Fotografía: Charlotte Bruus Christensen
Reparto: Emily Blunt, John Krasinski, Millicent Simmonds, Noah Jupe, Cade Woodward,Leon Russom, Doris McCarthy
Productora: Platinum Dunes / Sunday Night. Distribuida por Paramount Pictures
Género: Terror / Thriller / Fantástico
Sigue la historia de una familia que vive en una casa en el bosque cuidándose de no emitir ningún sonido. Si no te escuchan, no pueden cazarte… (FilmAffinity)
‘Un lugar tranquilo’ (a vueltas con las traducciones de títulos) nos recupera lo mejor del cine de terror y sobrenatural. Una vuelta de tuerca a las películas de invasión de alienígenas, con una puesta en escena espectacular y una forma sobrecogedoras. Bien sostenida por unas interpretaciones a la altura, especialmente de los más jóvenes, esta película nos transporta a este futuro (no tan futuro) distópico e inquietante.
El punto de partida es que un grupo de alienígenas han invadido la tierra y están terminando con todos los seres humanos. ¿Por qué terminan con ellos? Por hacer ruido. Todos los ruidos despiertan a estas criaturas ciegas, pero con un oído afiladísimo y pocas ganas de bromas. No me suena haber visto una película que tuviera este punto de partida ni esta idea. Sorprende John Krasinski con la película que dirige y protagoniza, lo que ya es mucho en el cine actual que carece de ese elemento de sorpresa.
El silencio es una de las cosas que menos soporta el ser humano. Estamos muy poco acostumbrados a convivir con el silencio. Los largos ratos sin conversación, sin algún ruido, se nos hacen eternos. Esa falta de ruido resulta ensordecedor en ocasiones, aterrador y tremendamente ruidoso. El sonido del silencio nos puede llegar a destrozar, sacar de nuestras casillas y hacernos sentir incómodos. Con esta idea sale la película, que asume que es imposible vivir con el silencio absoluto, y cómo una familia consigue sobrevivir ante tal situación.
Sumiendo al espectador desde el principio en ese silencio forzado, la película nos plantea el escenario de una familia destrozada que pierde a su hijo menor. Además de la dificilísima situación de sobrevivir a los monstruos la familia debe hacer frente a la pérdida de uno de sus miembros. El padre (John Krasinski) se culpa de no haber sido capaz de proteger a su hijo del fatal destino. La hija mayor (Millicent Simmonds, por cierto, sorda realmente) se culpa por haber sido la “culpable” de la muerte de su hermano menor. La madre (Emily Blunt), superada por el dolor y obligada a ocultarlo ante sus otros hijos, queda embarazada intentando sustituir el vacío dejado por su hijo, el peor de los estados en esa situación, lo que terminará necesariamente en una situación donde la falta de ruido será imposible. El otro hijo (Noah Jupe) es el puente que une los tres personajes, el que se da cuenta de cómo están todos, pero el que desgraciadamente nada puede hacer por darle una solución.
Extremadamente dolorosa, el silencio resulta mucho más duro si tenemos en cuenta que ninguno de ellos puede expresar con palabras lo que siente y, por tanto, no consiguen exteriorizar lo que los atormenta por dentro. La familia se ve abocada a una situación imposible, a un final inevitable y para el que no tienen solución alguna. La película consigue edificar bien esa estructura resquebrajada. A pesar de mostrarse bien, abiertos, colaborativos, sanos y con un modo de vida relativamente “normal”, vamos viendo esas aristas que de verdad representan el punto fuerte de la película.
Los monstruos no dan demasiado miedo. Están ahí, son una amenaza, pero nada rompe más que Emily Blunt en la bañera con el bicho a escasos centímetros de ella, que evidentemente no puede pedir ayuda. Pero, si algo me ha roto del todo, es ese momento donde (SPOILER) Krasinski se sacrifica para salvar a sus hijos. Ese grito lleva consigo más dolor y más perdón. El padre consigue saldar la deuda que tenía con su hija, y un grito, ni una palabra, resume como pocas veces se ha hecho el amor de un padre por sus hijos. (FIN SPOILER) Imposible no echar una lagrimita.
‘Un lugar tranquilo’ brilla especialmente en la construcción de la atmósfera y personajes. Eso que comentaba que fallaba en ‘La monja’, aquí brilla por todo lo alto. Es precisamente el hecho de conocer los personajes, su entorno, su pasado, sus demonios y dónde quieren llegar lo que hace que la parte más típica-tópica resulte más creíble. Si hubiese ido por otros derroteros, los últimos 40 minutos habrían sido como cualquier otra película de terror con monstruos, pero no. Los personajes nos importan, nos han implicado en su historia, y esto nos pone como espectadores a favor de la película.
Las actuaciones están bien, especialmente por parte de los más jóvenes. Millicent Simmonds, sorda en la vida real, sorprende por su naturalidad y su mirada triste. Y el que también brilla es un chico que ya me sorprendió en ‘Wonder‘, un jovencísimo Noah Jupe, que va de menos a más y que espero tenga un papel más importante en la secuela que ya preparan. Los adultos bien, mejor ella (Emily Blunt) que él (John Krasinski). Ella tiene un papel para lucirse mucho más, más dramático y desgarrador que él. Pero es él el que tiene LA ESCENA. A pesar de ello, el papel de Krasinski es más arquetípica que la del resto del reparto principal. Como monstruo, Javier Botet, funciona muy bien.
En definitiva, una película de terror bien hecha, bien construida y con una atmósfera inquietante. Una experiencia sensorial tremendamente rica. Un uso inteligentísimo del sonido y con una puesta en escena fantástica. Una pequeña gran película que merece la pena ver.
