‘La muerte os sienta tan bien’: viva las películas bizarras de los 90
LA MUERTE OS SIENTA TAN BIEN
Título original: Death Becomes Her
Año: 1992
Duración: 104 minutos
País: Estados Unidos
Dirección: Robert Zemeckis
Guion: David Koepp y Martin Donovan
Música: Alan Silvestri
Fotografía: Dean Cundey
Reparto: Meryl Streep, Goldie Hawn, Bruce Willis, Isabella Rossellini, Sydney Pollack, Ian Ogilvy, Adam Storke, Michelle Johnson, Nancy Fish, Alaina Reed-Hall, John Ingle, Mary Ellen Trainor, William Frankfather y Paulo Tocha
Productora: Universal Pictures
Género: Comedia / Fantástico
Sinopsis: La actriz Madeline Ashton le “roba” el prometido, el cirujano plástico Ernest Menville, a su amiga Helen y se casa con él. Siete años después, Madeline solo vive por y para su físico, Helen tiene sobrepeso y depresión, y Ernest es un borracho y maquilla cadáveres. Pasan otros siete años, Helen ha escrito un libro y, para sorpresa y horror de Madeline, está delgada y guapa por lo que la actriz teme que intente robarle a Ernest, así que acude a una moderna bruja que le proporciona un elixir que le hace recuperar la juventud pero que tiene otros efectos. (FilmAffinity)
‘La muerte os sienta tan bien’ es una de estas películas bizarras de los años 90 que han sobrevivido con el tiempo y todavía hoy se disfrutan. En estas películas es imposible encontrar un argumento que se sostenga sobre nada. Pero a diferencia de otras películas extrañas de otras décadas, estas guardan algo que las hace únicas: magia. Hablamos de películas como ‘Ghost‘, que con el paso de los años, y a pesar de tener un argumento extrañísimo, siguen recogidas en un rincón del corazón de los espectadores. Son películas inmortales.
En este maremagnum de cine peculiar que fueron los 90 destacó, entre otros, ‘La muerte os sienta tan bien’. La película de Robert Zemeckis nos cuenta la historia de un triángulo movido por la envidia y el rencor. Goldie Hawn pierde a su marido, Bruce Willis, cuando este se enamora de una actriz, Meryl Streep. Años después, y tras haber pasado por una depresión de caballo, Goldie Hawn vuelve estupenda, esbelta y fantástica, provocando la furia de Meryl Streep. La Streep se pone en las manos de Isabella Rossellini, una femme fatal que tiene en su mano la poción de la eterna juventud.
Este argumento tan bizarro se va liando cada vez más cuando Willis y Hawn planifican terminar con Streep. Este plan no saldrá tal y como tenían planeado, desencadenando la parte más divertida de toda la película, esa segunda mitad donde todo es digno de enmarcar. Una película que brilla como pocas en un terreno tan peliagudo como la parodia. Lleva al extremo el concepto de pelea de gatas.
La película es uno de esos placeres culpables que no puedes dejar de mirar. Sabes que no es una gran película, pero tiene lo que muchos no tienen, algo que te engancha. Puedes verla desde la parte de la fantasía y lo sobrenatural, aspectos que explota con todo el juego que dan esas pócimas. Puedes verla como un drama de pareja, trío en este caso. También es una comedia descacharrante. Y la mencionada pelea de gatas, el feud que se ha puesto tan de moda.
Sin olvidarnos de un factor que hace de ella el placer culpable que merecemos: tiene todo para ser una película de culto. Es una película adorada en la comunidad LGTB, esa pelea de gatas cumple su labor con creces. Pero también tiene elementos para que el resto de espectadores la disfruten como se disfrutan estas películas: con palomitas y compañía de amigos. Es una película que se vive mejor comentándola. Un espectáculo dentro y fuera de la pantalla.
‘La muerte os sienta tan bien’ no es un películón, pero es memorable, lo que no todos los peliculones pueden decir. Una comedia negra que no tiene miedo de meterse hasta el fondo en el terreno de la parodia. Una película que se ríe de sí misma y nos lo hace pasar extremadamente bien. ¿Se le puede pedir más a una película?
Lo mejor: Es suficientemente consciente del terreno en el que juega, lo que la convierte en doblemente divertida.
Lo peor: Su argumento tan bizarro puede espantar a un espectador del siglo XXI.
