ESPARTACO
Título original: Spartacus
Año: 1960
Duración: 196 minutos
País: Estados Unidos
Director: Stanley Kubrick
Guion: Dalton Trumbo (basado en la novela de Howard Fast)
Música: Alex North
Fotografía: Russell Metty
Reparto: Kirk Douglas, Tony Curtis, Laurence Olivier, Peter Ustinov, Charles Laughton, Jean Simmons, John Gavin, Nina Foch, Herbert Lom, John Ireland, John Dall, Charles McGraw, Joanna Barnes, Harold J. Stone, Woody Strode, Peter Brocco, Paul Lambert y Nick Dennis
Productora: Universal Pictures
Género: Aventura / Acción / Drama
Espartaco era un esclavo tracio que fue vendido como gladiador a Léntulo Batiato. En Italia promovió y dirigió la rebelión de los esclavos (73-71 a.C.) contra la República romana. A medida que recorrían el país, innumerables esclavos se iban sumando a la rebelión. Espartaco intentará llegar con su ejército al sur de Italia para embarcarse con rumbo a sus hogares. (FilmAffinity)
No soy especialmente amante de las películas de romanos, el péplum no es mi fuerte, pero hay películas como ‘Espartaco’ o ‘Ben-Hur‘ que son historia viva del cine y por tanto merecen un lugar de oro en este espacio. Entre todos los péplums, término empleado para referirse al género cinematográfico que narra hechos de la antigüedad, especialmente aquellas que tienen que ver con Roma y Grecia, ‘Espartaco’ es uno de esos referentes por muchos motivos que paso a comentar.
Tras el éxito rotundo de ‘Ben-Hur‘, Kirk Douglas se puso manos a la obra para producir y protagonizar una de las historias más épicas y grandes de la década de los 60. Tras perder a David Lean, primer candidato para dirigir la película, y a Anthony Mann, despedido tras la primera semana de rodaje, Douglas se vio en la obligación de encontrar a alguien que pudiera comandar el barco, el elegido fue Stanley Kubrick (‘2001. Una odisea en el espacio‘). Douglas y Kubrick ya trabajaron juntos en ‘Senderos de gloria’ y había dirigido otras tres películas más, de repercusión limitada. Kubrick vio en ‘Espartaco’ la oportunidad de dirigir una película que no era personal, algo que detestaba, pero de poder dar un impulso a su carrera que le permitiera hacer lo que quisiera en futuros proyectos, así que aceptó.
Kubrick siempre ha rechazado la película por ser la única sobre la que no ha tenido absoluto control. Sabemos que el director imprimía un disciplina férrea en sus películas, y que todo debía estar perfecto, tal y como a él le parecía. Aquí tuvo que tragar con rodar una película que posiblemente nunca hubiese rodado, pero el resultado le sirvió para firmar posteriormente sus mejores películas, ya consagrado como un cineasta de renombre.
La cinta supuso también el adiós a la caza de brujas iniciada en la época del senador McCarthy. Dalton Trumbo, guionista perseguido por su proximidad a ideales comunistas, fue el firmante del guion, por expreso deseo de Kirk Douglas. Hasta ese momento se ocultó bajó seudónimos para poder seguir trabajando. Kubrick tuvo la tentación de quitar a Trumbo de los créditos de la película, pero Douglas convenció a los estudios para dejar a Trumbo estar presente en el estudio durante el rodaje. Aún así, Kubrick y Trumbo chocaron, especialmente porque el primero no comprendía cómo el segundo había construido un personaje sin ninguna tara, un personaje “perfecto”. Tras estos hechos, las listas negras en Hollywood desaparecieron para siempre al perder toda credibilidad, escenificando este hecho con el presidente John F. Kennedy acudiendo a la sala de cine a ver ‘Espartaco’.
Pero además de todo esto, ‘Espartaco’ sirvió para que Kirk Douglas se quitara la espinita de no haber protagonizado ‘Ben-Hur‘, ya que William Wyler eligió a Charlton Heston en su lugar. Douglas se empeñó en protagonizar una película del mismo género y encontró aquí su manera de redimirse. Su trabajo como Espartaco es muy bueno, pero coincido con Kubrick en señalar que la perfección absoluta del personaje, sin ningún tipo de tara, lastra como espectador el desarrollo de la película. El director neoyorquino se convertiría en experto en retratar personajes con sus negros y blancos en sus obras cumbre.
Pero si por algo ha pasado a la historia ‘Espartaco’ es por dos elementos: la grandilocuencia y la censura. En el tema de la grandilocuencia la historia contó con más de 10.000 extras, estuvo rodado con un presupuesto de 12 millones de dólares de la época (una auténtica barbaridad en aquellos años) y se rodó con la última tecnología, algo que a Kubrick tampoco le gustaba. Filmada en exteriores de Madrid, y contando con soldados españoles, se rodaron las escenas de batallas, grabar en exteriores, algo que a Kubrick tampoco le gustaba.
En el otro lado, tenemos la censura. Si la época obligaba a ser sutil e hilar fino para introducir ciertas temáticas en el guion de una película, ‘Espartaco’ da una lección magistral de cómo hacerlo, de una forma bastante directa para la época, pero con uno de los mejores diálogos de toda la película. La escena de baño de Laurence Olivier y su esclavo Tony Curtis se rueda desde la distancia y con una cortina transparente entre la cámara y el lugar donde se sucede la conversación. El espectador asiste hipnotizado a un diálogo de apenas dos minutos donde Olivier pregunta a Curtis si le gusta comer ostras, si le gusta comer caracoles y si cree que comer ostras es moral y no así comer caracoles.
La escena, cuyo diálogo no hace falta explicar, fue censurada en la época, pero, afortunadamente, recuperada años después de los archivos de Universal. Se encontró la susodicha escena con un sonido lamentable y se decidió restaurarla y volverla a incluir en la película. Tony Curtis se dobló a sí mismo, pero en lugar del difunto Laurence Olivier se recurrió a Anthony Hopkins por petición de la viuda de Olivier. Joan Plowright recordó que Hopkins era un gran imitador de su desaparecido marido y se le convenció para que imitara su voz en dicha escena. En España se dobló de aquella manera ya que los dos actores de doblaje o habían muerto o ya no se encontraban en condiciones para trabajar, por lo que choca el cambio de voces que se produce en ese momento. Como curiosidad, la censura ofreció a Douglas, productor de la película, la posibilidad de que la escena no se suprimiera si cambiaban las ostras y los caracoles por alcachofas y trufas, algo a lo que Douglas se negó en rotundo por lo absurdo de la propuesta.
Finalmente, la película tiene 4 minutos que se han perdido por errores de conservación de Universal. Las escenas son aquellas relacionadas con el personaje de Charles Laughton, Graco, escenas que incluyen su suicidio. Curiosamente se conserva el audio de esa escena, incluida en versiones actuales de la película puestas a la venta en Blu-Ray y DVD.
Lo mejor: Ejemplo perfecto de péplum y sirvió como impulso final a la carrera de Stanley Kubrick.
Lo peor: La construcción del personaje de Espartaco como un personaje idealizado y perfecto es un lastre para el filme.